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lunes, 19 de febrero de 2007

La amistad verdadera

Tiempo de lectura: 1’ 30”

¡Hola! Hoy me gustaría hablar sobre la amistad genuina y auténtica. El amigo verdadero que ama en todo tiempo y puede llegar a ser un hermano nacido en un momento de angustia. Alguien dijo que los amigos verdaderos se podrían contar con los dedos de una sola mano, y aun así sobrarían.


En cierta ocasión un psicólogo hablaba acerca de las personas-medicina. Atribuía a estas el poder curativo, tan necesario para las heridas del alma. Y es cierto que existen ese tipo de personas: alegres, bondadosas, que muestran empatía y que siempre están dispuestas a ayudar sin reservas y sin que les muevan ningún tipo de interés egoísta. Son personas extremadamente generosas en todo aspecto de su vida, pero sobre todo son generosas en el sentido emocional.


Hoy, a través de este post me gustaría hacerles un pequeño homenaje, reconociendo su gran valía. En mi caso puedo hablar de tres amigas con nombre propios: Pili, Malu y Juani, que siempre han estado y siguen ahí. En las circunstancias más difíciles de mi vida, han acudido prontamente con su incondicional ayuda. Siempre con una sonrisa, sin un reproche, siendo un regalo su compañía. A la hora de la verdad, han hecho mucho más que familiares muy cercanos.


Puedo decir que actualmente por los avatares de la vida, me separan más de mil kilómetros de esas tres personas-medicinas, aunque la distancia sea física pues ellas están en mi corazón y por carta o por teléfono siempre estamos en contacto.


Por eso quiero recordar unas palabras que me ayudaron en el momento de la despedida de ese buen amigo:

“Cuando os alejéis de vuestro amigo, no sintáis dolor. Porque lo que más amáis en él quizá esté más claro en su ausencia, igual que la montaña es más clara desde el llano para el que quiera subirla”

Gibrán Jalil Gibrán


Me despido de todos vosotros hasta otro día. Tal vez si en vuestra vida habéis encontrado personas-medicina, podríais dejar vuestro pequeño homenaje escribiendo sus nombres en el área de comentarios.

10 comentarios:

Javier Luján dijo...

Yo tengo una amigo, al cual conozco desde los cuatro años, ahora vivimos en distintas ciudades; pero eso no es impedimento para que casi todos los días hablemos y nos contemos nuestras cosas.
Mi homenaje va para Marianus, ese amigo que todos deberíamos tener.
Un saludo, sibyla.

Anónimo dijo...

Hola Sybila!!!!
Claro que tengo amigos medicina. Yo hasta ahora no los llamaba así. Mi término de referencia para ellos siempre han sido los sanadores. Un libro de la mujer de Goleman, uno que sabe mucho de inteligencia emocional, los describía como te cuento.
Al principio siempre pensé que los sanadores eran una subespecie, una minoría, pero al pasar el tiempo me doy cuenta que depende con quién te enfrentes eres un sanador o un sanado. También, por supuesto, depende del momento de tu vida por el que atravieses.
Aquí va mi vedemécum de amigos-medicina, y con él, mi pequeño homenaje...
Si necesito abrazos: mi madre, que es la que mejor abraza del mundo.
Para la tristeza: Omar, que siempre me cuenta unos chistes estupendos.
Para celebrar: Pablo Miguel y Job. Siempre tenemos un motivo.
Si quiero reírme de mí misma: Ruth me enseña que la vida es fácil y yo me la complico.
Si necesito un poquito de romanticismo y dulzura: siempre habrá una cita que compartir con Míriam. nos gustan los mismos libros.
Si la cosa va de reírte reiteradamente de tu desgracia común: Claudia, que es de Cádiz y se ríe hasta de su sombra. Con ella he encontrado eslogans que harían reír al mismísimo Buster Keaton.
Pero siempre llevo conmigo a mis amigos aspirina, los que siempre están, sea lo que sea lo que me pase: Yerusa, Aida y Ana. En los peores momentos y en los mejores. Siempre.
Ojalá yo fuera casi tan buena para todos ellos como ellos lo son conmigo.
Gracias por tu huequito, Sybila.
Besos desde la orillita del Guadalquivir, entre Tartessos y la Atlántida.

Sibyla dijo...

¡Qué bueno por Marianus! ¡Por tener un amigo como tú!
Un saludo, Capitán Pescanova.

Sibyla dijo...

Para Orce:

Sin duda que tú como amiga, reunes todo el arsenal de medicamentos que pueden contener una farmacia. Eres como una inyección de entusiasmo. Gracias por ese soplo de sinceridad.

Desde la vista del Veleta nevado, un marco incomparable. Un beso.

Anónimo dijo...

Pues mi homenaje va a mi querido amigo Sourin que hablamos y hablamos sin cansarnos y a mis mejores amigos: mis familiares y mi perra como no, jeje.

Un beso Sybila

Peggy dijo...

buen blog , sensible , bien escrito , cotilleo un poco volvere :)

Sibyla dijo...

Hola Peggy:
Sigue escribiendo, tienes talento y personalidad. Gracias por no ser para nada persona kitsch.
Sibyla.

Anónimo dijo...

Querida Sybila, otra sorpresa la amistad-medicina, yo creo que ya por si misma la amistad es medicinal. Pero es cierto que hay personas que con su amistad se convierten en medicina. Yo tengo amigos medicina, y a veces como los medicamentos pueden tener un sabor amargo pero el resultado es eficiente. "Un amigo es un tesoro" "un amigo medicina es una fortuna". Puede ser que nos sobren dedos de una mano para contarlos, ¿pero porque contar a nuestros amigos? más que contarlos propongo como pensamiento "contar con ellos", y para esto lo primero es nuestra entrega. A veces nuestra falta de humildad, nuestro orgullo nos hace autosuficientes y esto no nos permite abrir el corazón al otro, a ese otro que puede ser nuestro amigo-medicina.
Estoy seguro que cada uno tenemos muchos cerca, bastaría con buscarlos....,

Sibyla dijo...

Yokker:
Dichoso tú, que tiene un buen amigo,
tu amigo Sourín, y tu familia, que son la mejor compañia y medeicina...
Tu perrita, como mascota y compañía, puede hacerte muy feliz!
Besos.

Sibyla dijo...

Anónimo:
Veo que has estado buceando en entadas antiguas.
Te ha llamado la atención , ésta que trata sobre la verdadera amistad!.
Me gusta el pensamiento que propones de "contar con nuestros amigos", y cómo no, nuestra entrega y nuestra generosidad, propiciará ese intercambio de amor y cariño.
Gracias por tus palabras.
Un abrazo!