¿Despreciamos el día de las cosas pequeñas?
Leía ayer en el periódico, que las bitácoras son como una mascota: Exige alimento y cuidado. Si no es así sufren el peligro de fenecer por inanición.
Dicen que el mañana de la blogsfera estará marcado por millones de blogs muertos. Las bitácoras abandonadas tapizarán la infosfera como los huesos de un antiguo cementerio de elefantes.
Esto me recordó a una especie de juguete que hace unos años tubo un “boom”, el juguete en cuestión se llamaba “Tamagotchi”. Una especia de pequeña mascota virtual, que los niños tenían que atender sus necesidades: comida, juego, descanso, paseo… Si por despiste o negligencia la descuidaban, ésta moría y aparecía en la pequeña pantallita: “R.I.P.”.
Por eso, yo quiero dejar mis deberes hechos, colgando mi post antes de irme de puente así que ahí va la historia que hoy quiero contar:
Las obras que Francis Bacon tiró. Un lote de retratos que el pintor destrozó y arrojó a la basura, se han vendido por 1’4 millones de euros, en una subasta en Gran Bretaña.
El dueño de dicho material artístico era un electricista, que estaba en el lugar apropiado en el momento apropiado. Mac Robertson se ofreció en su día a recoger una serie de obras destrozadas por Bacon, así como otro material que el pintor quería tirar a la basura. “Quédate con lo que quieras” le dijo Bacon a Robertson, que lo guardó todo en un ático, de donde lo sacó para la subasta.
Esta noticia me hizo pensar en la frase: “No desprecies el día de cosas pequeñas”. El ser humano es dado a valorar las cosas grandes e importantes pero despreciar las cosas pequeñas e insignificantes, las que aparentemente carecen de valor.
En el caso de este avispado electricista, supo poner a buen recaudo ese lote de cuadros medio destrozados en un ataque de rabia por su autor, para después sacar provecho de lo que en un principio iba destinado a ser destruido en un basurero.
¿Ha habido en vuestras vidas “días de cosas pequeñas” que habéis despreciado, y después os habéis arrepentido?