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domingo, 28 de octubre de 2007

Frida Kahlo (1907-1954) Dolor y pasión





Según su partida de nacimiento, Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón nació el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, en aquel entonces un pueblo de la periferia de Ciudad de México. Era la tercera de las cuatro hijas del matrimonio formado por Guillermo Kahlo y Matilde Calderón.

Frida, fue una mujer siempre marcada por las imposiciones de un cuerpo hostil. A los 6 años, una poliomelitis paró el crecimiento de su pierna derecha. "Frida la coja", como la llamaban en el Colegio Alemán Mexicano.

El 17 de Septiembre de 1925, todo cambió de golpe en la vida de Frida. Un tranvía arrolló el autobús cuando volvía a casa: "el pasamano me atravesó como la espada a un toro" recordaba Kahlo. Fracturas en la columna, en la pelvis, en el pie derecho. Comenzó así un calvario ortopédico de tres décadas: torturantes corsés de yeso, largas estancias en la cama, sillas de ruedas, treinta y dos operaciones para recoser su cuerpo roto, y sobre todo dolor. Una agonía lenta, que hizo de su cerpo atormentado su única y obsesiva obra de arte.

"Tras el accidente, y sin prestar mucha atención, empecé a pintar con un caballete que se acoplaba a la cama, pues el corsé, no me dejaba sentar".

Pero su encontronazo con las tripas de la pintura, había acontecido unos años antes. Frida había oído que un excéntrico pintor trabajaba en un mural para el anfiteatro Simón Bolívar y allí se presentó. Frida observó durante tres horas cómo de la nada
surgían las imágenes. Sus dos pasiones, la pintura y Rivera, se acababan de presentar, ella le preguntó mostrándole unos dibujos si él creía que ella tenía futuro como artista, Diego le contestó: "Si eres artísta, no podrás vivir sin pintar, y pintarás hasta la muerte".

Seis años más tarde el 21 de Agosto de 1929, Frida Kahlo y Diego Rivera se casaron. "Ella tenía 22 años, él, 43. Fue una boda entre una rana y una paloma", comentó el padre de Frida.


Tras el fin de la revolución Mexicana, y tras siglos de opresión colonial, el arte iba a promulgar la igualdad social y racial. En este contexto de efervescencia cultural, Frida Kahlo, entró a formar parte de la élite intelectual. Miembro, al igual que su marido, del partido comunista, Frida si hizo más mexicana que las mexicanas. A pesar de su sangre alemana (por parte de padre) se vistió y se representó como una mestiza: Collares precolombinos y las faldas largas, que de nuevo ocultaban su pierna deforme.


A sus cuadros llegó elementos populares, y la fauna del país. Un lenguaje del que se valía para representar su dolor. Frida, pintaba en pequeños lienzos, mirando en su interior, mientras que Diego trabajaba con monumentalidad, como una faraónica labor social. Frida tardó en considerarse artista. Sólo el descubrimiento de su obra por los surrealistas y las separaciones de Diego, que le obligaron a vivir de sus cuadros, lo lograron. Cuando recibió una carta, de la galerista Julien Levy, para una exposición individual, comentó a una amiga: "No entiendo lo que ve en mis cuadros", declaró asombrada, "¿porqué quiere exponerlos?". Mucho más perpleja se quedaría Frida si supiera que al principio del año 2001, un coleccionista estaudonidense desembolsó en Sotheby's 5.409.109€.

Frida, sufre en Detroit el segundo de sus tres abortos. Su pelvis, rota por el accidente le impedía la posición normal del feto; nunca consiguió el hijo que tanto perseguía, y plasmó su dolor en el cuadro Henry Ford Hospital: sobre una cama, una mujer se desangra, al fondo el desierto industrial y frío de Detroit. Una vez más Frida, retrata en sus cuadros su biografía con exactitud fotográfica.

André Breton y Marcel Duchamp creyeron descubrir el surrealismo mexicano. Pero Frida se reveló siempre contra seme
jante etiqueta: "Yo no pinto mis sueños, sino mi realidad. Los surrealistas son tan condenadamente intelectuales que ya no los aguanto más".

Diego Rivera le fue infiel durante todo el matrimonio. Cansada de esas infidelidades, Kahlo se divorció de Rivera. Un año después, el 8 de Diciembre de 1940, el día del cumpleaños del pintor, volvía a contraer matrimonio, pero esta vez con condiciones: "Ella quería financiar sus gastos con su trabajo, y no quería que volvieramos a mantener contacto sexual. Yo estaba tan contento en recuperar a Frida que estaba de acuerdo en todo".

En los años 40 Frida alcanzó la gloria cómo pintora, pero su cuerpo, le brindó las mayores cuotas de dolor. Fue elegida profesora de la Academia de Arte y obtuvo el segundo Premio Nacional de Arte y Ciencia. En 1950 debe estar 9 meses en cama, amputan su pierna derecha y, derrotada por su dolor, combina los analgésicos con el consumo de drogas.

Su última aparición fue el 2 de julio de 1954, enferma de una infección pulmonar. Diez días después, el 13 de Julio, fallecía en su casa de Coyoacán. Tenía 47 años, pero su energía se había esfumado. Días antes, Frida Kahlo había escrito en su diario:

"Espero alegre la salida y espero no volver jamás"

Música: BSO Frida

domingo, 21 de octubre de 2007

El diario de Lynn Redgrave


Lynn Redgrave, actriz de teatro y cine, hermana de Vanessa Redgrave, también actriz, descubrió en Diciembre del 2002, que tenía cáncer de mama, a partir de ese momento, decidió compartir un diario acerca de su operación y recuperación. De esa manera quiso enfrentarse al miedo de su enfermedad, pensó que si convertía la enfermedad en un proyecto, le daría menos angustia y quizá, pudiera ayudar a otras mujeres a luchar contra el cáncer. A borrar el miedo.

Aprovechando que el 19 de Octubre, fue el día mundial del cáncer de mama, me pareció interesante compartir su diario:

Jueves/12/12/02: "Desde hace semanas noto un bulto bajo el brazo derecho. Me toqué y lo sentí. Da miedo. ¿De dónde ha venido eso? Oh, por favor Dios, ¿por qué está ahí?. No permitas que sea... Cuántas mujerer habrán dicho esto. Mañana iré a Los Ángeles a ver al doctor. No tengo tiempo para esto. Tengo mi obra de teatro. No puedo tener cáncer..."

Sábado /28/12/02: "Empiezo a pensar cómo será la vida sin un pecho. He intentado imaginarlo con una cicatriz. Me curaré, ¿cómo no voy a curarme de esto? La vida es este viaje, y debemos hacer que cada instante cuente."

Viernes /14/01/03: "Todo ha ido bien. He visto mi cizatriz, no está mal. Mi única preocupación es cual será el tratamiento. Cuánta quimio, etc... Vivo la guillotina de una muerte antes de tiempo. Quizá todo esto tenga un sentido: enseñarme que nada es eterno".

Jueves /06/02/03: "Drenajes fuera. Gracias a Dios. Realmente quiero comenzar y superarlo. Fui al servicio religioso. Creo que lloré al escuchar a Bach durante las oraciones. Al salir, me sentí en paz."

Lunes /17/02/03: "Nueva fase. Quimio número uno, hoy. No estaba nerviosa. He traido el ansiolítico. Se supone que me dejará grogui. Eso espero. Creo que mi tratamiento funcionará. Tengo fe, y me siento afortunada, de estar conociendo este lado de la vida."

Martes /25/02/03: "Llevar una prótesis me hizo sentir mucho más entera la pasada noche. Viva. Pero hoy estoy muy triste. No me siento atractiva. La cicatriz continúa tirando y tirando. Hoy noté como si un pelotón de agujas recorriera mi brazo. Algo parecido a lo que sentí justo cuando me operaron."

Sábado 08/03/03: "Me metí en la ducha y mi pelo empezó a caerse a mechones, a pedazos. Lloré y lloré y lloré. La sensación de él muerto en mis manos... He empezado a solucionar con mi hija Anabel el problema, me rasuró el pelo de una vez. Creo que me puedo acostumbrar a ésto. He visto a algunas mujeres en el hospital que llevan un pañuelo y les quedan fantástico. Hasta las encuentro elegantes, chic. Creo que tengo que descubrir y aprender muchas cosas nuevas para sentirme atractiva otra vez. En este momento, me siento horrorosa."

Martes /25/03/03: "La operación y el cáncer parece dejar a uno sin control. Tengo la necesidad de ordenar y controlar todo lo que es controlable. Hago cosas como doblar servilletas en el armario, fregar platos, sacar la basura, alimentar a los gatos... todo eso, la rutina, me produce la más cálida de las satisfacciones.

Martes /17/06/03: "Mi hermana Vanessa duerme abajo. Han sido los días más felices de mi vida. Hablamos, cotilleamos, recordamos. Me siento tan bien, que no pienso en los posibles efectos secundarios de la radiación. La vida es maravillosa. Por favor, querido Dios, querida vida, por favor, dejádme tener un poco más. Dejadme no tener que cortar ahora. Más tiempo, por favor, para amar, para aprender, para actuar, para escribir, para disfrutar. Por favor."

Jueves /03/07/03: "Radiación número 13. Más de la mitad del camino. Mi cabello es ahora visible. He perdido cuatro kilos. Me cabe la ropa. Me lo diagnosticaron hace poco más de medio año. Venir al hospital cada día no ha sido tan malo. Te dota de una estructura, una sensación de orden. De progreso. De curación. He conocido a gente increíble."

Jueves /24/07/03: "Por primera vez en semanas, siento el placer casi lujurioso de tener toda la mañana libre. No tengo que ir al hospital. Y mi pelo. Es suave y bonito y creo que podré quitarme la peluca. No puedo dejar de jugar con él. Ha sido un día perfecto. Una amiga me preguntó sobre la reconstrucción de la mama. Le dije que no iba a hacerlo. Creo que se trata de aceptar los cambios que han tenido lugar en mi vida. ¿Cicatrices de guera? Es parte de mi vida, como mis antiguos desórdenes alimenticios, mi cáncer, mi carrera, mi vida, mi pérdida de la juventud. Ésta es mi vida, sin adornos, con un sólo pecho. Así soy."


domingo, 14 de octubre de 2007

Doris Lessing, una escritora comprometida


Doris nace en Kermanshash, en la Persia colonial, el 22 de Octubre de 1919. El matrimonio de sus padres está compuesto por una enfermera vocacional y un mutilado de la I Guerra Mundial.

Su padre, excéptico respecto a su Inglaterra Natal, abandona el país, para después del nacimiento de Doris, afincarse en Rodesia del Sur (ahora Zimbabwe), donde compran una granja con un crédito que el Gobierno da para los mutilados de guerra. Allí, Doris fluctúa, entre el contacto con la naturaleza y una severa educación religiosa. Sólo es felíz cuando regres
a a la granja; entonces lee, pasea por la jungla, caza. Quiere ser un espíritu libre y escribe sus primeros cuentos.

Su único título es el carné de conducir cuando decide ir a la ciudad y trabajar como telefonista. Se matricula en una escuela nocturna para estudiar secretariado y mecanografía. Tiene 17 años, y para entonces, las relaciones entre blancos y negros son brutales. Doris toma contacto con grupos progresistas.

Son los tiempos de la II Guerra Mundial y es difícil vivir en Zimbabwe con el "apartheid". Sus vecinos la criticaron por no segregar a los negros.

Tras casarse y tener dos hijos, toma una decisión: "Abandoné a mis hijos porque no fui capaz de aguantar más esa vida". Deja a su familia, milita en el partido comunista,
y se dedica a la literatura. Se vuelve a casar, tiene un hijo pero el matrimonio fracasa, y Doris regresa a Inlgaterra y se convierte en figura de la izquierda política y cultural.

Hoy, celosa de su intimidad, vive con su gato en una casa desordenada con un bello jardín y muchos libros, y adora cocinar. La madurez, le ha traido calma. Tras 30 años de ser candidata al premio Nobel de literatura, este año por fin se lo han concedido, por su "capacidad para transmitir la épica de la experiencia femenina y narrar la división de la civilización con escepticismo, pasión y fuerza visionaria"


"La habitación número 19 estaba como siempre. Lo comprobó todo con una sola mirada, aguda y penetrante: El brillo barato de la colcha de satén, que había sido colocada de nuevo, después de que los dos cuerpos terminaran de convulsionarse bajo ella [...]. Susan fue a la ventana y se quedó allí en pie, mirando hacia abajo, viendo a la gente que pasaba, y pasaba, y pasaba [...] pero antes debía pensar en Matthew. ¿Debería escribir una carta dirigida al juez? Pero ¿qué le diría? [...] Le quedaban unas cuatro horas. Las pasó de la manera más deliciosa, oscura y dulce posible, dejándose deslizar suave, suavísimamente [...]. Luego, se levantó, se aseguró de que las ventanas estaban herméticamentes cerradas, puso dos chelines en el tragaperras de la estufa, y abrió el gas. [...] Se tendió boca arriba, sobre la colcha de satén verde, estaba muy satisfecha tendida allí, oyendo el leve siseo del gas que iba extendiéndose por la habitación, por sus pulmones, por su cerebro, mientras ella iba flotando a la deriva hacia el río oscuro."

La costumbre de amar
Doris Lessing





domingo, 7 de octubre de 2007

Modigliani, el pintor maldito



Nació en Livorno, en la costa toscana, en 1884 en el seno de una familia de comerciantes judíos venidos a menos, nunca se topó con impedimentos familiares para dedicarse a su gran pasión: primero, la escultura, después la pintura. La intelectualidad se respiraba en el hogar de los Modigliani. Eugenia Garsin, su madre, escribía cuentos y artículos literarios que compaginaba con su trabajo como profesora de lenguas, y su abuelo, introdujo al pequeño de sus cuatro nietos en la filosofía y la literatura. Nietzsche, Dante o Baudelaire fueron las lecturas del joven Amadeo, quien desde muy niño tuvo claro que quería ser artista.

A los once años padeció una grave pleuresía, tres años después sufrió una fiebre tifoidea y dos años más tarde los médicos le diagnosticaron tuberculosis: el mal que acabaría con él.

En su convalencencia, su madre lo paseó por Roma y Florencia, donde se embebió de los clásicos de la pintura italiana. También en aquella época comenzó a tomar clases de pintura. En 1906, con 22 años, Modigliani hizo las maletas rumbo a la Ciudad de la Luz. Por entonces, París hervía. Matisse y los fauvistas habían escandalizado a los críticos; Picasso comenzaba a pintar "Las señoritas de Avignon" la obra que inauguraría el cubismo; y la estela de Cézanne y Manet había abierto un camino imparable hacia las nuevas vanguardias. Modiglianni se instaló en el barrio de Montparnasse y también en Montmartre.

Su primera gran pasión fue la escultura, a la que se entregó a pesar de que el polvo no beneficiaba en nada a sus pulmones. Más tarde se entregaría de lleno a sus dos y únicos temas estrella: los retratos y los desnudos.

Modigliani fue un donjuán, pero sus affaires terminaron cuando una estudiante de dibujo de 19 años, 15 menos que él, apareció en su vida. Sólo estarían juntos dos años en los que el italiano la pintó casi a diario. Fue una época de una reproducción febril, pero sería su compañera quien escribiría el acto final de éste drama y la que convertiría a Modigliani, y su triste historia de amor, en todo un mito. Madre de una niña en común y embarazada de 9 meses, la joven Jeanne Hébuterne, de 21 años, se suicidó tirándose por el balcón horas después de la muerte de su amado. Finalizaba una historia de amor y comenzaba la leyenda.

Su obra ha alcanzado altas cotas en las subastas. Las últimas las logró en la casa Sotheby's de Nueva York, donde uno de los múltiples retratos que hizo a su amante Jeanne, se vendió por 31,4 millones de dólares.

Hoy, los cuadros de Modigliani, siguen produciendo una extraña sensación: entre la plenitud y el enigma. Quien los contempla, se asoma a los más profundo.