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sábado, 2 de febrero de 2013

Invitación a mi nueva casa


La belleza de lo efímero:


www.elblogdesibyla.com



viernes, 1 de julio de 2011

La postal más bella



San Jorge y la princesa (Pisanelo)
Verona (ITALIA)

jueves, 19 de agosto de 2010

Le gustaban pocas cosas



Le gustaban pocas cosas,

el alcohol y las ventanas,

el mar desde una colina,

el mar dentro de la playa.

El olor de los jazmines,

los libros de madrugada,

el sol, el pan de los pueblos,

Quevedo,

recordar África,

la noche y los amigos,

el verano,

y tus pestañas.


(Manuel Alcántara.)



A Victor: Dicen que el amor no existe, pero yo te amo.


Para disfrutar mejor de este poema, pinchar, por favor, en la música.

sábado, 1 de mayo de 2010

Los sueños son como mariposas azules



"Y es que desear siempre es un lío. Los deseos, ya se sabe, son problemáticos. Si no los consigues, pueden llenarte de frustración hasta amargarte la vida. Pero, si los haces realidad, a veces es peor. Ya se sabe que cumplir un deseo puede ser catastrófico, hay una frase que dice "ten cuidado con lo que deseas, porque se puede cumplir". Al lograr tu sueño puedes darte cuenta de que no te aporta nada; de que no sabías lo que era; de que no lo deseabas en realidad; de que tu vida se queda vacía sin ese anhelo; de que has malgastado años y energías en una quimera... Los deseos son como las mariposas azules, luminosas, hermosas y volátiles; pero si las intentas agarrar, a menudo se desbaratan, dejándote entre los dedos un polvillo pardo y un bichejo muerto bastante desagradable."


Rosa Montero


lunes, 19 de abril de 2010

Soledad Puértolas, una mujer poliédrica



"A veces pones la mirada en algo y descubres que lo interesante no estaba allí, sino al lado. Y quieres ir al sitio interesante. O al personaje interesante. Los escritores de cuentos son, en el fondo, escritores de secundarios, porque todo personaje de cuento está sin desarrollar, es un secundario. El principal es el de la novela, aunque alguien como Madame Bovary empieza también siendo secundario. La verdad es que se podría hacer una historia de la literatura a partir de ellos. Son siempre los personajes más ligados a la vida los que dan realidad al protagonista. Son una tentación..."

sábado, 13 de marzo de 2010

Miguel Delibes: Un escritor enamorado


Esta entrada fue escrita el 25 de Abril de 2008. He considerado reponerla en homenaje al escritor recientemente fallecido, Miguel Delibes.


Es uno de los escritores españoles vivos, más importante del siglo XX. Nació en Valladolid en 1920. Pero su inmensa obra -medio centenar de novelas y ensayos, rematados por el Nadal en 1947 y el Premio Cervantes en 1993- ha eclipsado otros aspectos de su biografía.
Ángeles, su esposa, fallecida cuando era aún joven, en 1974. La mujer de su vida. Después de la muerte de Ángeles, Delibes, que ya era un clásico vivo de la literatura española, sufrió un bache emocional. Recuerda el escritor :"Ella, con su sola presencia, aligeraba la pesadumbre del vivir. Siempre fue bella, pero, cuando la conocí, era tan bonita, inteligente y atractiva que tenía alrededor un centenar de moscones. Yo tenía un par de años más que ella, pero nos enamoramos, en el 46 nos casamos y en el 73 la perdí. Eso duró mi historia sentimental.
Ella era incapaz de rencores, hacía un gesto: se colocaba un hilo blanco en el dedo meñique para marcar sus enfados. Si el hilo se caía, olvidaba sus motivos de enojo. Me absolvía. Era todo cariño, tan lejos del rencor, que a veces no recordaba por qué se había atado el hilo en el dedo. Su encanto, su entrega, su disponibilidad; cuando una persona entra en uno, se hace indispensable y no es fácil olvidarla. El amor llega a ser una costumbre y no reparamos en sus efectos. Por eso yo lamento no haberle dicho a tiempo cuánto le amaba y cuánto la necesitaba. Era un sentimiento de pérdida tan hondo que no me consolaba de haberlo silenciado. Antes de morir ella dijo: En el peor de los casos, yo he sido feliz 48 años; hay quien no logra serlo 48 horas en toda u
na vida. De la foto de Ángeles quinceañera que abre mis obras completas volví a enamorarme cada vez que la veía. Así pasó este último año, esperando que amaneciera para mirar su fotografía.
El estado de felicidad no existe en el hombre. Existen atisbos, instantes, aproximaciones, pero la felicidad termina en el momento que empieza a manifestarse.
Nunca llega a ser una situación continuada. Cuando no tienes nada, necesitas; cuando tienes algo, temes..."

Durante años, esa ausencia era una presencia íntima y dolorosa, una herida de la que acaso le ayudó a salir un libro memorable, íntimo, casi secreto: "Señora de rojo sobre fondo gris"

Un pintor cuenta a su hija la relación que tuvo con su mujer, recién muerta tras una operación. Este es el planteamiento de este volumen de Miguel Delibes. El pintor ha perdido la inspiración: a lo largo de la obra se descubre cómo es la enfermedad de Ana, su mujer y su musa, la que le ha ido privando de ésta, ya que desde que comenzó su padecimiento no consigue volver a pintar nada nuevo.

El nombre del libro viene del nombre de un cuadro. Ana tenía simpatía por un viejo pintor, García Elvira, al que atendía tras haberse quedado viudo. García Elvira es el que la retrata: "fue en esa etapa cuando le pintó el famoso retrato con el vestido rojo. [...] eludió el fondo; únicamente una mancha gris azulada, muy oscura, en contraste con el rojo del vestido". Entonces es el narrador el que hace ver sus celos por el pintor, que intenta seducir a su mujer, y por su obra, pues no podía soportar que hubiese sido otro el que la captó en todo su esplendor.

El tumor cerebral que acabará matando a Ana va apareciendo poco a poco, y en cada capítulo se van apreciando los cambios que presenta. Narra cómo la actividad frenética de su mujer va disminuyendo a la vez que su capacidad creativa. Ella lo intuía, pero no pensaba que su carencia de creatividad fuera eterna ni que se debiese a ella. Hasta que un día, por fin se atreve a confesarle la razón: "Desde que enfermaste". Pero pese a la enfermedad, su falta de ánimo, y pese a la pobreza creativa de su marido, Ana seguía fiel a la belleza. Narrado desde la primera persona de su marido pintor, Delibes cuanta la historia de una vida dedicada al arte y a la estética, a la suya y a la de su familia, a la protección de su marido y de su obra.

Miguel Delibes

sábado, 13 de febrero de 2010

Leonard Cohen y su opinión sobre "el amor"


" Es la actividad más difícil con la que los seres humanos entran en contacto, el amor. Tenemos la sensación de que no podemos vivir sin amor, que la vida tiene muy poco sentido sin amor, entonces...somos invitados a ese campo, que es un escenario muy peligroso, donde las posibilidades de humillación y fracaso son grandes, no hay una lección fija que podamos aprender acerca de ello, porque el corazón está todo el tiempo abriéndose y cerrándose, ablandándose y endureciéndose.

Siempre estamos sintiendo alegría o tristeza, por lo que no hay ¡bingo!. Vas a tener que tener coraje, porque después de cierto tiempo, la acumulación de derrotas va a ser significativa. Así creo que las personas que, a pesar de la derrota, a pesar de la imposibilidad de establecer un contacto razonable con el otro, esas personas que tienen la suerte de poder seguir haciéndolo, son realmente afortunadas. Y hay veces en la vida en la que uno tiene que cerrar, para reagrupar.
La mayoría de los hombres tienen una mujer en su corazón y la mayoría de las mujeres tienen un hombre en su corazón, pero la mayoría de nosotros conservamos una especie de sueño sobre la entrega. Pero éstos son sueños y a veces derrotados y, a veces, se manifiestan".

"El amor no tiene cura, pero es la única medicina que cura todos los males".